El matrimonio es una unión entre un hombre y una mujer donde ambos deben complementarse y eso significa que uno tiene lo que le falta al otro para ser completo en sus habilidades según el plan de Dios. La razón por la cual Dios nos diseño así es por que necesitaba que tuviéramos un equilibrio y balance en el hogar de manera de mostrar a nuestros hijos el rol de una madre y el rol de un padre según la palabra de Dios(*). Así fue como Dios nos diseño desde el principio.
Siempre debemos ver estas diferencias como bendiciones y no como maldiciones. Cuando pienso en las bendiciones que Dios me ha dado Erika es la más grande de todas. Es tan diferente a mi; es como si al crearla Dios hubiera tomado una mitad exacta y le hubiera dado esos dones que yo no tengo. Gracias a ella y por sometimiento a Cristo Jesús soy lo que soy y doy lo que doy, me equilibra de una manera divina y estoy seguro que nuestro caminar con Jesús, aunque a veces hayan espinas será lleno de bendiciones.
Al crearnos Dios puso en nosotros habilidades diferentes y enfoque diferente de las cosas, algo que hemos aprendido hace muy poco es que el matrimonio debe ser como un triángulo donde los esposos son las esquinas de la base y Jesús es la punta. Mientras nos mantengamos acercanodos y pareciéndonos a Jesús un poco más; quedaremos más cerca el uno del otro en esta base del triángulo y la perfección en el matrimonio llegara cuando estemos tan cerca de lo que Jesús quiere que seamos que quedaremos unidos los tres en la punta del triángulo. Este proceso que puede durar un mes, un año o toda la vida es lo que debe ser nuestro enfoque como pareja, parecernos tanto a Jesús que al final quedemos unidos en El. Lo difícil de aceptar en algunas parejas es que nuestro Señor ha decidido, como en nuestro caso, que esa velocidad y hambre por conocer lo que El manda es diferente y ambos vamos ascendiendo por el triángulo a diferente velocidad.
Mediante la oración pedimos sabiduría a Dios para acercarnos a Jesús sin perder de vista a nuestro compañero, esa media mitad que El nos escogió y que es para siempre. Entender esto ha dado un nuevo impulso a nuestro caminar con Jesús a veces uno jala al otro; pero otras veces simplemente decides orar y esperarlo .......Estamos aprendiendo a trabajar en librarnos de esa mala costumbre de PENSAR SOLO EN NOSOTROS, y estamos persiguiendo esa una unidad completa, esa relación personal, individual con Cristo Jesús que nos llevara tarde o temprano a ese PUNTO DE ENCUENTRO donde seremos uno(**) con Dios en Cristo Jesús.
Mientras esperamos ese momento los dos subiremos esa escalera apoyandonos mutuamente; sin descuidar o dejar al otro atrás. No importa que velocidad tome tu matrimonio, lo más importante es que no te detengas en esta carrera de unirte a tu cónyuge en Cristo Jesús; solo asegurate de que ambos avancen no importa el ritmo o...
LA VELOCIDAD DEL MATRIMONIO
ALFREDO
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